miércoles, 25 de febrero de 2009

MI MADRE SE LLAMA MARUJA (¿POR QUÉ NO SE LA COME TU PERRO?)


¡¡Hola, CEREBRO-ADICTOS!!

Hoy os presentamos otro de los personajes centrales de CERE-BRALES: se trata de MARUJA, la madre de JUNIOR (nuestro protagonista), una mujer autoritaria y obsesiva que trae a nuestro protagonista por la calle de la amargura.

MARUJA tiene 55 años. El pelo canoso y recogido en un moño. Es obesa, poco agraciada e iracunda. Su sola presencia impone. Es católica, apostólica y romana. Lleva una imagen de la virgen de Fátima colgada al cuello. A pesar de no ser demasiado vieja, viste como una abuela, con bata, rulos y pantuflas.

Al igual que su hijo, MARUJA es una persona inadaptada, con escasa vida social. No habla con nadie, excepto con los tenderos del mercado cuando hace la compra. Desconfía de sus vecinas, odia los chismorreos y sólo haya consuelo en su cadena favorita de televisión, ONDA CRISTIANA, y en su programa preferido, "SENDA VIRTUOSA".

MARUJA tiene una personalidad bipolar. En pocos segundos, pasa de ser la madre perfecta (cariñosa, dulce, cuidadosa) a convertirse en una auténtica bruja. Cuando esto sucede, JUNIOR se echa a temblar. Y es que lo sola presencia de JUNIOR crispa sus nervios. Ella está obsesionada por el orden, la limpieza y las buenas costumbres (cristianas), y JUNIOR es justo lo contrario. Constantemente, decepciona la expectativa de lo que debe ser un buen hijo, con todo lo que hace (o deja de hacer). Eso la saca de sus casillas...


Fig 1. Prueba de casting para el personaje de MARUJA (con Fedra Marcus)

MARUJA enviudó hace 9 años. Estaba casada con un militar violento y autoritario. Cuando murió su esposo, MARUJA sufrió una crisis de ansiedad, que la llevó a engordar 20 kilos. MARUJA no supo afrontar los problemas que supone dirigir una familia y se refugió en los libros de autoayuda y los programas de TV. Por aquel entonces, comenzó a emitirse "Senda Virtuosa", un programa presentado por un cura, especializado en solucionar las dudas espirituales de los televidentes. MARUJA halló consuelo en las palabras del cura y se obsesionó con el programa. Cuanto más se acercaba al programa, más se distanciaba de su hijo JUNIOR. Sin pretenderlo, JUNIOR se convirtió en la oveja negra de la familia: tan sucio como un insecto, tan descuidado como un gato callejero, tan despreciable como un apóstata. Si por ella fuera, lo echaría a patadas de casa, pero su doble moral cristiana se lo impide.


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