lunes, 16 de febrero de 2009

GUÍA PARA EL ZOMBIESTOPISTA GALÁCTICO: LOS MUERTOS VIVIENTES

Hemos llegado a la conclusión, de que si estáis leyendo esto no es precisamente porque os guste el jamón. Por eso, queridos seguidores ávidos de carne fresca, inauguramos esta sección.

Porque por desgracia, no sólo de CERE-BRALES vive el hombre. Así que para que podáis nutriros con las diatribas de los no-muertos hasta que nuestro producto quede finalizado, os ofrezco las fantásticas andanzas de LOS MUERTOS VIVIENTES.

Este estupendo cómic que en España edita Planeta ha sido creado por el guionista Robert Kirkman y el dibujante Tony Moore.

Como aficionados al género, coincidirán conmigo en que las películas de zombis en general, tienen una estructura e intenciones muy lineales. Véase un ejemplo:

“-Qué extraño, ¿qué es eso?
¡Oh, no! ¡Se lo está comiendo!
–Tío, hay que acabar con esas cosas antes de que ellos acaben con nosotros.
Comienza la lucha por la supervivencia.
-¡Mandy, cuidado! ¡Nooooo!
-Es demasiado, sin Mandy no tendré fuerzas suficientes.
- Claro que sí tío. Mira, eso parece el refugio ideal, ¡vamos!
Craso error, el idílico refugio resulta ser una trampa infernal y el prota muere.
Fin de la película".

Fig 1. Toda la vida cotizando a la Seguridad Social... para encontrarte así siempre las urgencias.

¿Y qué ocurre después? ¿Muere el protagonista y el mundo se convierte automáticamente en zombi? ¿No hay más supervivientes? ¿Es que no hay nadie en el mundo que haya entendido que las sierras eléctricas NO son la solución?

Precisamente el mismo sabor de boca que se me queda a mí, se le queda también a Robert Kirkman, quien en el prólogo nos dice:

Para mí, lo peor de las películas de zombis es el final.

Siempre quiero saber qué pasa después”.

El género zombi es uno de los más controvertidos dentro del mundo del terror. Despreciado por muchos aficionados precisamente por su linealidad, cuenta sin embargo con muchos seguidores incondicionales que parecen ver más allá del chascarrillo y el elemento sangriento en el que normalmente se apoyan estas historias. Hemos oído muchas teorías que dicen que detrás de estas criaturas de cerebro atrofiado, hay una feroz crítica a determinados aspectos de la sociedad.

Por 25 céntimos de Euro se me ocurren por ejemplo los mass media y su efecto sobre la población, las modas, el curso autodestructivo de nuestra sociedad, la ciencia desbocada, el retorno a los orígenes, el peligro de dar de comer a Yola Berrocal más allá de la media noche…

Fig 2. Es un clamor. hay que solucionar lo del carril-bici.

Pero qué nos pasará después? ¿Estamos preparados para prescindir de determinados aspectos que hoy nos resultan indispensables? ¡Qué ocurre con el hombre después de vivir una situación extremadamente traumática? ¿Será posible recuperar lo perdido o tendremos que dar un paso lateral en la línea de la evolución?

Kikman lo ve claro:


Me gusta las películas que me hacen cuestioname el tejido de la sociedad.
Y en las BUENAS películas de zombis… de eso hay a montones
”.

Y es eso lo que pretende hacer. Una buena historia de zombis. Y es que precisamente Kikman ha conseguido darle la vuelta al asunto. El elemento más claro de terror no son precisamente los muertos vivientes, sino los que han sobrevivido a ellos. Poco a poco, y de forma fluida, va respondiendo a las cuestiones de “¿Y luego qué?”

Según sus propias palabras:

Los muertos vivientes será la película de zombis que nunca acaba”.

Esperemos.

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